Su origen antiguo mantiene un misticismo ineludible,  historias rica en culturas, creencias, demografía y significado. Ha sido utilizado desde la prehistoria y desde entonces es considerablemente valorado por las civilizaciones subsiguientes y sobre todo actualmente.

 

El ámbar tiene por naturaleza una belleza natural peculiar en cada pieza que se puede apreciar con o sin luz y gran cantidad de información con importancia para científicos, logrando de está manera tener conocimiento de la vida de hace millones de años, disponiendo, incluso, de especies ya desaparecidas en algunos casos.

 

En Chiapas es costumbre regalar un presente de ámbar a un amigo o familiar; al obsequiarlo se convierte así en seguro amuleto de la buena suerte.  A los ojos de los pueblos antiguos (aztecas y mayas), sus características eléctricas la hacían parecer como una piedra mágica, pues cuando se toma entre las manos produce una placentera sensación del calor. El ámbar es una piedra de protección, ya que otorgó a los diferente grupos étnicos poderes mágicos en contra de las asechanzas. Por lo que dentro de las creencias chiapanecas se encuentra las siguientes:

 

Es amuleto de misterio, de la buena suerte y la amistad.

Protege de malas vibras.

Protege a los niños de enfermedades y malos espíritus.

Su polvo tiene virtudes curativas y acrecienta la fuerza de la vida.